Recientemente, el sector bancario regional en Estados Unidos ha estado sacudido por turbulencias dignas de una telenovela financiera. En el epicentro tenemos a Zions Bancorporation (ZION), que ha revelado pérdidas significativas vinculadas a créditos no pagados y fraudes en su cartera, especialmente en su filial californiana. Este hecho, acompañado del desplome de sus acciones y de otras instituciones como Western Alliance Bancorp, ha disparado las alarmas en Wall Street y más allá. Pero como puede afectarnos esto de manera directa y que podemos leer detrás de líneas? Veamos un análisis corto.
El contexto detrás de la tormenta
Desde la crisis bancaria de 2023, los bancos regionales han buscado fortalecer su estabilidad con más reservas, depósitos asegurados y una gestión de riesgos algo más robusta, porque la experiencia, aunque amarga, enseña. Sin embargo, parece que algunos nunca aprenden. Las multitudes tienen memoria corta, y eso incluye al sector bancario y financiero. Tras el repunte económico en Estados Unidos desde 2023 y el inicio de un rally alcista que llevó a los mercados a nuevos máximos, comenzaron a otorgar amplios créditos corporativos con la misma despreocupación que los grandes bancos tuvieron con los créditos hipotecarios entre el 2000 y la crisis de 2008. No obstante, la presión inflacionaria, las tensiones geopolíticas y el aumento de la morosidad en segmentos vulnerables están desgastando esa aparente fortaleza, con Zions Bancorp como un caso emblemático de esta fragilidad latente.
¿Por qué esto puede escalar a una crisis a lo 2008?
A diferencia de aquel crack provocado principalmente por hipotecas subprime masivas y productos financieros poco transparentes, la crisis actual tiene un dejo preocupante: el debilitamiento de la confianza. En finanzas, la confianza es la base; cuando se resquebraja, el efecto dominó puede ser implacable. Zions y Western Alliance han mostrado que fraudes y préstamos tóxicos aún acechan, revelando que las normas laxas o la supervisión insuficiente no se han erradicado.
Los inversores recuerdan bien que en 2008 la falta de transparencia y la interconexión de bancos y productos financieros llevaron a una congelación del crédito y un desplome global. Hoy, aunque los bancos mantienen mayores reservas, la sensación de inseguridad puede provocar retiradas masivas de depósitos, elevando la tensión de liquidez y afectando la estabilidad sistémica si no se controla, y eso no es todo, desde la administración Trump se interesaron en la propuesta de los bancos de rebajar de nuevo las condiciones de reservas disponibles, permitirles esto seria de nuevo aumentar el riesgo financiero en los depósitos corrientes.
Repercusiones en el portafolio de un trader minorista
En la práctica, ¿qué puede significar esta crisis para un swing, positional trader o inversion minorista con una cartera diversificada? Primero, imagina una caída brusca en las acciones bancarias regionales —lamentablemente o afortunadamente, parte del mercado. Si el trader tiene exposición a ETFs sectoriales o fondos que incluyen estas entidades, esas posiciones podrían sufrir pérdidas rápidas y significativas.
Segundo, el nerviosismo generalizado puede fomentar la volatilidad: picos escapando del control en índices clave, aumento explosivo en el VIX (el índice del miedo). Por ende, estrategias basadas en estabilidad o baja volatilidad pueden quedarse con el pie cambiado. Un portafolio sin cobertura adecuada podría ver cómo se diluye su valor en cuestión de días o incluso horas, los especuladores intradiarios podrían ver una oportunidad de aprovecha la volatilidad si se percibe mayor debilidad del sector bancario en estos días, los mercados en general ya presentan mas de 5 días en distribución y podrían iniciar una corrección mas fuerte, aquellos que no gusten de las ventas en corto y el day trading podrían ver oportunidades de compra de opciones PUT en ETFs de indices o venta de CALLS en estos mismos, también podrían aprovechar la compra de ETFs inversos como el $SQQQ.
Conclusion
La crisis de los bancos regionales en EEUU, encabezada por el caso ZIONS, puede parecer un episodio más en la película interminable de estrés financiero, pero tiene ingredientes para ser más que un susto pasajero. El temor a una repetición, aunque no idéntica, de la debacle 2008 está ahí, alimentado por dudas, fraudes y tensiones crediticias.
Para el trader experimentado, esto no es una llamada para entrar en pánico, sino para afilar la estrategia, usar las herramientas del arsenal financiero y no subestimar la importancia de la gestión del riesgo. Porque, como bien saben en Wall Street, una cucaracha vista suele ser señal de que no está sola., bueno esa cita la dijo literalmente esta semana James Dimon CEP de JP Morgan.
